Estamos llegando al final del curso y también al final del libro del Monstruo de colores, y es que nuestro amigo Monstruo nos ha acompañado estos meses para ayudarnos a entender, reconocer y poder expresar nuestras emociones y sentimientos. Tratando de ayudar a su amiga a enseñarle a gestionar lo que le estaba sucediendo, los niños y niñas de la clase expresaban a su vez lo que ellos sentían en circunstancias similares y qué era lo que nos pasaba.
Gracias a los colores hemos podido relacionar las emociones, tan difíciles de entender a edades muy tempranas, con experiencias cotidianas como ponerse rojo cuando uno se enfada, o el miedo que nos da dormir en una habitación a oscuras..., y entre todos hemos buscado estrategias para gestionar mejor nuestras emociones ( el bote de la calma, "las palabras mágicas", "la cajita del miedo"...),
y llegados al final nos hemos encontrado con una sorpresa...
¿qué le pasa ahora que se ha puesto ROSA?
Y sí, supieron enseguida qué era lo que le estaba ocurriendo al Monstruo de colores,
Se había puesto ROSA porque quería mucho a su amiga, y es que la amistad es un valor muy importante. Y lo mejor cuando nos queremos mucho es darnos un abrazo fuerte, y por eso cuando nos enfadamos, tenemos que pedir perdón y dar un abrazo, aunque a veces, nos cuesta un poco.
Pero esta vez no nos costó ningún trabajo decorar nuestro Monstruo rosa, y es que mientras lo pintábamos, volaron muchos corazones por las mesas...
Y así de chulo está nuestro rinconcito de colores!!!
¡Pobre Azul, siempre se está cayendo!
Y como ya dominamos los colores, hemos decidido dar un paso más y complicar el juego de los números.
Tiramos el dado, y colocamos en el plato la misma cantidad que nos haya salido en el dado, y después buscamos la tarjeta con su número correspondiente.
Y para terminar la semana, lo hacemos igual que como la empezamos,
¡¡¡con mucho color!!!
Realizamos la portada de nuestro cuento del Monstruo de Colores y la dejamos secar.
¡Pronto nos lo llevaremos a casa!
¡Y cantamos Cumpleaños Feliz!
Nuestro compañero José Rafael cumple 4 años y hemos recordado muchas cosas que hacíamos cuando éramos más pequeños, y lo que ya somos capaces de conseguir ahora.
Y tuvimos un pequeño retraso con la vela, no podía encenderla!!!
Buscamos una solución, y por fin pudimos soplar!!!!
¡Muchas Felicidades José Rafael!