Y alegre y contenta se preparó para su baño: toalla, jabón, pelota de agua..., y ¡plassss!, un buen chapuzón...
Y de pronto, ese día que había comenzado tan bien, empezó a tornarse, se oscureció, tronó, llovió... y algo enorme cayó sobre la mosca. La pobrecilla con las alas mojadas empezó a hundirse y ya creía que se iba a ahogar...
" - ¡Mamá, mamá, ya he terminado! "
¡Pero dónde se estaba bañando esta mosca!
Cuentan que a la mosca se le han quitado las ganas de darse otro baño.
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